En cualquier serie de ciencia ficción es muy habitual que haya un episodio en el que los personajes se encuentren con sus dobles malvados, o que crucen a un universo paralelo en el que, como dirían Martes y Trece, todo es lo mismo, pero no es igual. Las space operas tiran de ese recurso muy a menudo y el estándar que se suele seguir es un capítulo de Star Trek, la serie original, titulado Espejo, espejito.

En él, Kirk, Scott, Bones y Uhura son transportados por accidente a un universo paralelo en el que la Federación de Planetas no existe, sustituida por un cruel Imperio Terrano, y en el que todos los personajes son malvados y despiadados. Es el famoso capítulo en el que Spock luce perilla de villano, y es también el que da inicio a unas subtramas a las que las series de Star Trek han regresado una y otra vez.

Este “universo espejo” ha servido para que Star Trek: Discovery arranque la segunda mitad de su primera temporada, y lo haga utilizando multitud de referencias y guiños a la historia pasada de ese mundo alternativo.

T1 EP10 – A pesar de ti mismo

El “universo espejo” de ‘Star Trek’

Las diferencias entre el universo paralelo de Star Trek y el principal arrancan, en las series, en el primer contacto entre los humanos y una civilización extraterrestre (los vulcanos). En el universo principal, los vulcanianos entregaron a los humanos la tecnología necesaria para salir al espacio, y ambas especies iniciaron una relación de colaboración que se trasladó después a la Federación de Planetas.

En el universo espejo, sin embargo, los humanos mataron a los vulcanos que llegaron a la Tierra, se adueñaron de su tecnología por la fuerza y la utilizaron para crear el Imperio Terrano y someter a toda la galaxia por la fuerza.
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