La mayoría de los defraudadores buscan conseguir tus datos para sacar un beneficio económico ilícito y perjudicar la economía de otra persona, son hábiles y te engañan con tácticas alarmistas para preocuparte y evitar que pienses bien la situación.

a) Robo o usurpación de identidad: es cuando una persona se apropia de manera indebida, de los datos personales de otra sin la autorización, usualmente para cometer un fraude o delito.

Verifica constantemente los movimientos en tus estados de cuenta.

b) Créditos exprés: son estafas de las falsas empresas que ofrecen prestamos con mínimos requisitos. Piden un depósito anticipado, no se aprueba el crédito, pero tampoco te devuelven tu dinero.

Siempre checa que la Institución Financiera esté debidamente autorizada.

c) Ahorro informal: un ejemplo es la tanda, pero, aunque sea una persona de confianza quien la administra, puede dejarte sin tu dinero en cualquier momento.

Al no hacerlo en una Institución Financiera autorizada, la CONDUSEF no podrá defender tus derechos.

d) Trashing: se trata de buscar información valiosa en la basura, como documentos que contenga datos importantes, con los cuales se pueda realizar un fraude.

Si vas a tirar a la basura documentos con información personal o financiera, destrúyelos muy bien.

e) Tallado de tarjetas en cajeros automáticos: en este tipo de fraude alterna la ranura donde se inserta la tarjeta, te dicen que la debes “tallar” o “limpiar” para que el cajero pueda leerla, sin que te des cuenta te cambian el plástico y se retiran, otro cómplice entra al cajero y observa tu NIP cuando lo tecleas.

¡Jamás! Aceptes la ayuda de un desconocido.

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