Se retiró Missael Espinoza

El sueño de ver en la delantera del Monterrey a Guillermo Franco junto a Mario de Souza Mota «Bahía» se hizo realidad en el partido de despedida de Misael Espinosa.

Tras más de 20 años de carrera futbolística, «Missa» se despidió como jugador profesional ante la afición regiomontana de una manera espectacular, nada más y nada menos que ante el acérrimo rival de los albiazules: los Tigres, comandados por Jerónimo Barbadillo. La «Patrulla» regresó a la ciudad de Monterrey solamente para jugar en este encuentro tan especial, en donde las generaciones de aficionados al fútbol verían en un mismo partido a las máximas figuras del balompié regio.

Luis Hernández también vistió la casaca felina, así como Juan Manuel Azuara, Marco Antonio Ruiz, Robert Dante Siboldi, entre otras figuras que vistieron la playera de los Tigres.

La cita era a las 20:30 horas en el Estadio Tecnológico, escenario que ha sido testigo de cuantiosas batallas entre los equipos locales.

El Monterrey saltó al campo. Mientras el sonido local anunciaba a cada uno de los jugadores Missael salía del vestidor local. Guillermo Franco, actual figura de los Rayados, recibió una fuerte ovación cuando se mencionó su nombre, pero la afición de antaño le brindó un gran reconocimiento a aquel jugador que, en su momento, ocupó el lugar del ahora naturalizado mexicano: Mario de Souza Mota «Bahía».

Un sonoro grito se unió en una misma voz en el Tecnológico, ante una entrada que minuto a minuto iba mejorando, para recibir a uno de los símbolos de los Rayados de todos los tiempos: Missael Espinosa.

Los jugadores del Monterrey, todos, portaron la casaca número 15 en el dorso, mientras los Tigres se distinguieron por utilizar distinta numerología. En las gradas los colores azul, blanco y amarillo se distinguían en cualquier punto y al silbido del árbitro, inició el último Clásico de Missael Espinosa.

La técnica y la experiencia se unieron en la cancha, no así la velocidad, que traicionó a algunos jugadores de los 70’s de ambos equipos.

Ver a Missael corriendo por la banda derecha, disfrutar de su técnica individual, sus cambios de juego, la facilidad con la que se quitaba a sus adversarios, no fue nada nuevo, pero poder apreciar la excelente mancuerna de Guillermo Franco con Bahía, sí lo fue. Ambos delanteros realizaron jugadas llenas de velocidad y movilidad en el área, dejando muy mal parada a la lenta zaga auriazul.

Missael tuvo que soportar el ir abajo en el marcador durante los primeros minutos en su último Clásico, con anotación del joven delantero de Tigres, Carlos Vela. Pero el ataque del equipo del Monterrey, llamado «Missamigos», respondió a los dos minutos. Franco envió un disparo a la portería que resguardó Robert Dante Siboldi y el cual fue rechazado, pero Bahía estuvo, como siempre lo hizo, en el lugar y en el momento adecuado para enviar el balón al fondo de las redes para el 1-1 y festejar en el Tec con su «avioncito».

Juan Antonio «El Zurdo» Flores Barrera, a servicio de Barbadillo, hizo el 1-2, pero Bahía ejecutó un impecable remate de cabeza para igualar nuevamente los cartones. Antes de irse al medio tiempo, Carlos Vela anotó una vez más, para el 2-3.

SEGUNDO TIEMPO

Una serie de cambios en la plantilla de «Missamigos», bajo la dirección técnica de Miguel Herrera, fue la clave para que lograran golear 8 tantos a 3.

Ya con Sergio Verdirame, Luis Miguel Salvador, Héctor Becerra y Manuel Negrete, los Rayados mostraron un mejor futbol y cuando iban 5-3 arriba, marcaron un penal a su favor que cobraría Missael Espinosa a la izquierda de Siboldi. El veterano jugador festejó con su hijo esta anotación, así como con toda la plantilla de jugadores que estaban dentro y fuera de la cancha.

Sentimientos encontrados invadieron a Missael, un jugador que se brindó en cuerpo y alma a la institución albiazul durante toda una década. Al finalizar el encuentro, una gran cantidad de medios de comunicación abordaron la cancha para captar las últimas fotografías del portador número 15 del Monterrey.

Missael tomó el micrófono del sonido local y ofreció unas palabras a los más de 28 mil espectadores que acudieron a su despedida: «Gracias por este apoyo a su servidor. Realmente me siento complacido, y no me siento defraudado después de 10 años de haber vestido esta linda camiseta de los Rayados, me voy feliz de haber compartido con ustedes esta noche, gracias por su cariño, por habernos acompañado, por haber visto tantos y muy buenos jugadores esta noche, gracias que Dios los bendiga, ¡Hasta siempre!».

La vuelta olímpica no podía faltar, en donde el famoso «Missa» no pudo ocultar su tristeza por abandonar las canchas. El grito de todo el Estadio, iniciado por la barra «La Adicción» era de «Oé, oé, oé, Missa, Missa».

Así, Missael Espinosa se despidió de la afición de Monterrey, pero espera ahora brindarle los conocimientos que aprendió en la cancha a cientos de niños cuando inaugure su Escuela de Futbol, próximamente.

[mt][foto: Mexsport]