En estos tiempos en que las ejecuciones por parte de sicarios están la orden del día, los accidentes del transporte urbano siguen dando la nota así como los asaltos bancarios; en estos días de la semana mayor pongámonos a reflexionar y sobre todo a rezar porque la situación vuelva a realidad.

Recuerdo varios hechos que han dejado huella en Monterrey: como cuando el asesinato al abogado Polo del Real conmocionó a la ciudad que no daba crédito a que en nuestra ciudad sucediera algo así, años después aquel fatídico accidente de la Ruta 120 en las vías del tren allá en Santa Cantarina. Mas recientemente los fatídicos hechos de los asesinatos por parte de Julio Castrillón y Diego Santoy y ni mencionar la ola de ejecuciones que ya casi son cosa de todos los días.

Así que los que tuvimos el valor de quedarnos en nuestras casas en este “periodo vacacional” meditemos sobre c/u de estos hechos y que la luz de la paz llegue a Monterrey en un futuro no muy lejano.

Y por ultimo, el titulo de este post viene a raíz de una persona que hace tiempo enviaba reflexiones por correo electrónico aquí en Monterrey; lamentablemente perdí todos los correos que recibí de parte de el (o ella). Cada uno de esos correos te hacía reflexionar y meditar un poco, nunca mas volví a saber de esta persona que enviaba los correos, incluso llego a colocar algunos de esos mensajes en un página Web de aquí de Monterrey y después le perdí el rastro.