En un amistoso o mismo entre los profesionales, cuando las camisetas son distribuidas entre los jugadores, la más codiciada es la 10. En las tiendas de artículos deportivos, la 10 está siempre entre las más vendidas. ¿Porqué? ¿Qué de especial tiene ese número? ¿Cuál es la mística de la camiseta 10?

Todo esto surgió después de Pelé. Elegido como el mejor jugador de todos los tiempos, el 10 más famoso del mundo inmortalizó su camiseta, dando status de adjetivo: sólo los mejores de cada equipo tendrían el privilegio de usarla. Antes de él, ésta no tenía ningún significado especial. Era apenas una camiseta más dentro del campo, normalmente destinada al centro izquierdo del equipo.

La mística de la playera 10

Lo curioso es que Pelé la usó por casualidad. Fue en la Copa del Mundo de Suecia, en 1958. En aquél entonces la Confederación Brasileña de Deportes (CBD) futura Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) envió a la Fifa la inscripción de los brasileños sin mencionar la numeración. Quedó a cargo de un dirigente uruguayo escoger los números de los jugadores. Correspondiéndole así la camiseta 10 a Pelé.

Después, el número llegó a tener un brillo propio. Se convirtió en sinónimo de Pelé. Se convirtió en referencia de crack. Sólo los jugadores más técnicos y hábiles tenían la honra de lucir el número en la espalda.

La camiseta 10 quedó marcada debido a Pelé. Después de él, todo aquél jugador que tenía destrezas como «don», técnica y habilidad, usaba el número.

Además del Rey, otros jugadores de América Latina lucieron la camiseta 10 con clase. El principal de ellos: Maradona. «El Pibe de Oro», como fue llamado por la prensa argentina, es uno de los pocos jugadores que surgieron y que son comparados con Pelé.

El zurdo fue responsable por jugadas de genialidad y de increíble habilidad que marcaron la Copa del Mundo de 1986. En aquella oportunidad, Maradona fue señalado como el gran responsable por el Título Mundial conquistado por Argentina. Para el ex jugador Sócrates, el 10 argentino “tenía una técnica exagerada; a pesar de que su estructura física no era semejante a la de Pelé, era excepcional con la pelota en el pie”.

LOS MEJORES PORTADORES DEL 10 EN LATINOAMÉRICA

América del Sur: Semillero de jugadores completos

Merecedores de aplausos o abucheos, una cosa es verdadera, América Latina es uno de los mayores -sino el mayor- semillero de cracks del mundo. A pesar de la rivalidad entre argentinos y brasileños, los hinchas de los dos países concuerdan en un punto: grandes jugadores surgieron en estos rincones del Cono sur.

Y cuando se habla de un crack, inmediatamente viene a la cabeza la imagen de la camiseta 10. El jugador que usa este número místico es señalado como el mejor del equipo. Es el hombre capaz de dejar a los hinchas entusiasmados con sus jugadas de técnica y habilidad.

Sin embargo, dos nombres sobresalen en medio de todos estos cracks: Pelé y Maradona. El primero fue el responsable por el origen del mito de la camiseta 10, y el otro se hizo merecedor de la fama del número y encantó al mundo con su habilidad. Ellos son los principales iconos de América Latina.

“La camiseta 10 es un símbolo del fútbol mundial. Era de ésta que los hinchas esperaban las jugadas más creativas”, explica Sócrates, que cree que además de Pelé y Maradona, Zico, Rivelino y Ademir da Guia; fueron los grandes jugadores que usaron esta camiseta. “Ellos conseguían unir técnica y creatividad de una manera única”, continuó.

Entre los camisetas 10 argentinos, se destacan también Ángel Labruna y Mario Kempes. El primero fue uno de los mayores cracks de River Plate en la década del 40. En aquella época, el River fue conocido como «La Máquina» y Labruna ganó fama con dribles y muchos goles. En el caso de Kempes, fue la camiseta 10 que dio a Argentina el primer título mundial en 1978. “Al mismo tiempo que tenía velocidad con la bola dominada, sabía posicionarse dentro del área y hacía muchos goles”, cuenta el ex-jugador uruguayo Pedro Rocha.

La nueva generación del fútbol latinoamericano no se queda atrás. Nombres como los dos argentinos Carlos Tevez, Riquelme y D’Alessandro; y de los brasileños Rivaldo, Ronaldinho Gaúcho y del ex-santista Diego, hoy de Porto, mantienen la fama de la camiseta 10.

Pero no es solamente de Argentina y Brasil que América Latina vio surgir cracks. Paraguay reveló Romerito; Colombia tuvo a Carlos Valderrama; Ecuador, Alex Aguinaga y en el caso de Uruguay, además de Pedro Rocha surgió también Enzo Francescoli.

10 MAESTROS DE AMÉRICA LATINA

Latinoamericanos unen técnica, habilidad y creatividad

Maestro. Según el diccionario, es un sustantivo que denomina aquel que dirige una orquesta; que lo hace más que los otros. Cuando este término se utiliza en el fUtbol, gana sentido de adjetivo. Porque ejemplifica al jugador técnico y hábil que abusa de su creatividad para encantar a los hinchas, inclusive a rivales.

Los hinchas latinoamericanos no tienen nada que reclamar. Desde que la pelota rueda por la cancha de la región, aparecieron grandes nombres y continúan surgiendo.

“Los sudamericanos tienen como característica el fútbol arte, la creatividad de sus jugadores; Por eso constantemente aparecen maestros”, explica Raí, comandante dentro del campo de São Paulo, Bicampeón de la Libertadores de América 1992-1993. “Principalmente en Brasil y Argentina”, agrega Raí.

Definir a los mejores es siempre una tarea difícil. Sin embargo, por el momento no hay dudas: Ronaldinho Gaúcho. Elegido por la FIFA como el mejor jugador del mundo, el camiseta 10 de la Selección Brasileña une toda su fuerza física con una habilidad poco común.

Entre los argentinos, Maradona es señalado como el mayor de todos los maestros que ya surgieron en el país. Maradona está entre los grandes maestros que el fútbol brindó.

La generación más reciente de maestros argentinos, estaría formada por el trío Pablo Aimar, Riquelme y D’Alessandro como los más habilidosos y creativos de la actualidad. “Fuera del gran nivel técnico, consiguen jugar un fútbol colectivo, agrupándose con facilidad para además de atacar, ayudar a defender”.

La escuela uruguaya tiene en Álvaro Recoba, mediocampista del Inter de Milán, el principal discípulo de Pedro Rocha y Enzo Francescoli. Bajo su dirección, la Selección Uruguaya consiguió la clasificación para la Copa del Mundo del 2002, después de 12 años de ausencia. “Él es bueno para armar y llega bien hacia delante, como un tercer hombre de ataque”, explica Pedro Rocha.

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