Rayados está en la final, fue un triunfo cardiaco, de película y esta vez el fútbol le hizo justicia a quién se la debía de hacer y así de paso la supremacía de Rayados sobre Tigres continúa aún en juegos de Liguilla.

Monterrey salió desde el inicio a presionar a Tigres, que metió todo el camión detrás, desesperó a su rival y se atrevió a inquietar y poner al borde de la silla a todo el Estadio.

El primer tiempo finalizó con empate y ventaja para Tigres, al salir se denotó la presión en el equipo de Herrera, que siempre insistió pero no pudo en los primeros 45 anotarle a Edgar Hernández.

Para la segunda parte, Rayados no aflojó su mira y no dejaron de insistir en la busca del gol, y es hasta los 56 minutos cuando Luis Pérez anotó el empate global ante el júbilo de la afición.

Rayados se prendió con ese gol, y aumentó su ataque, pero siempre la defensa comandada por Julio César o sus propios errores impidieron la anotación.

Más dramatismo? A los 71´el “Divo” felino Walter Gaitán de zurda cruzó a Christian Martínez para poner encima a los Tigres ya cerca del final.

La afición jugó su papel y el equipo ya sin Arellano y Alex por cambio y Erviti por expulsión, se hizo grande ante su adversidad y a los 88 minutos, un centro de Severo Meza apenas es desviado por Franco para entrar dramáticamente al fondo de las redes para así sentenciar el pase del Monterrey a la final.

La impotencia en el equipo amarillo evidente, pero normal ante la cercanía de una final que estuvo en sus manos, pero al final, todo fue feliz, los Rayados y su afición celebraron en grande al silbatazo de Germán Arredondo.

[Iván Peña/rayados.com]